miércoles, 5 de febrero de 2014

La niebla, continuación

El bote empezó a moverse con ganas, cada vez más fuerte, la tormenta iba cargada de agua y un fuerte viendo que me llevaba a la deriva con rumbo hacia ninguna parte, la tormenta iba acompañada de muchísimos relámpagos con sus estridentes truenos que casi sordo me dejaban.

Con la manta tenía que ir achicando el agua que en el bote se iba acumulando para que no se hundiera el bote por exceso de peso, pero esa manta cada vez pesaba más para estrujarla fuera del bote y así vaciar el agua del interior, con la que estaba cayendo era casi imposible el poder achicar la suficiente.

Así todo el día y parte de la noche donde ya notaba un fuerte agotamiento, si bien al amainar un poco el temporal quedé tan rendido que volví a visitar a Morfeo hasta que el calor del sol empezaba a calentar mi demacrado y desnudo cuerpo.

Abrí los ojos como pude, el sol era demasiado fuerte para mis claros ojos y, ¡Sorpresa de nuevo! Otro pescado a bordo y la calabaza del agua otra vez llena, seguía siendo de agua dulce.

Poco a poco estaba notando que mis facultades mentales no debían ser muy normales, era imposible que alguien , me pusiera pescado fresco y agua a bordo, no había nadie ni ningún navío en todo el horizonte, salía de toda lógica lo que estaba pasando, un pescado puede aparecer en un pequeño bote, pero no acompañado de agua dulce en una calabaza una y otra vez, estaba teniendo alucinaciones, no entendía nada, si bien me podía pellizcar, que lo hice, para ver si sentía algo y seguía vivo, y sí, sentía los pellizcos como siempre, podía ser que fuera el sol, el hambre o la sed, pero más o menos algo comía y el agua, si bien racionada, no faltaba.

Volvían las preguntas a mi cerebro, donde estaba, que hacía ahí dentro, como llegaba el pescado, el agua y además sin enterarme de nada, siempre cuando estaba dormido. Preguntas que seguían sin respuesta por muchas vueltas que le diese, y eso que tiempo tenía de sobra para ello.

Me picaban los ojos de fuerte sol y el salitre que llevaba en ellos, me los restregaba con el brazo para ver si podía ver más claro, pero los intentos eran vanos, seguía con la irritación, tampoco quería gastar el agua dulce para lavarlos, cosa que tuve que hacer, pues ya no aguantaba ese escozor en los ojos.

Después de pasarlos por agua dulce, los cerré, pues pensé que era lo mejor para que no se irritaran tanto, estando con ellos cerrados un buen rato.

Mientras, mis divagaciones sobre mi futuro y sobre todo sobre mi presente y el como salir de esta situación me tenían entretenido. Cuando decidí que ya tenía bastante de tener los ojos cerrados los abrí para así otear el horizonte en busca de posibles soluciones, pero no, sólo se veía una cosa y no en el horizonte precisamente, sino justo donde estaba, en el bote y por todo el resto. Un espesa niebla, tanto o más espesa que la que hizo zozobrar el barco otra vez.

No tenía ni idea de cuando había entrado o sido absorbido en el banco de niebla, sólo sabía que nada se veía. Nada de nada....



¡Hola! Escuche con una voz y timbre femenino, pero seguía sin ver nada, pero el corazón se me había acelerado a todo lo que era capaz de bombear. Tímidamente respondí, 'hola! Me costó mucho decirlo, lo reconozco, los labios no se abrían ni articulaban, pero conseguí decirlo, o eso pensaba, pues la voz femenina seguía son contestar.

Dada la poca visibilidad y lo pequeño que era el bote decidí ir tanteando el bote y cual fue mi sorpresa, estaba tocando una cola de pescado, decidí seguir palpando hacia arriba siguiendo el curso de las escamas y pensando en el festín que me iba a dar con toda la carne que tendría.

De pronto se acaban las escamas y aparece en mi tacto una suave piel, tibia, no entendía nada, de las escamas y sin separación ninguna había pasado de unas grandes escamas a una suave y cálida piel, me detuve unos momentos antes de seguir y retrocedí un poco para comprobar que era cierto, escamas y piel estaban unidas, era todo uno....

Con toda esa intriga tenía que seguir, no podía parar, seguí palpando en medio de la niebla y dentro del bote, unos pequeños promontorios de piel aparecieron, cálidos y semiduros....

Unas ligeras cosquillas noté en la paste superior de mis manos, como si unos cabellos las estuvieran rozando, unos fuertes escalofríos me fueron recorriendo por todo mi cuerpo, tan fuertes fueron que me impulsé hacia atrás cayendo de espalda y temblando, no se si de miedo, pánico o frío o de todo a la vez. El corazón parecía que ya se había pasado los límites de lo imposible bombeando sangre a todo mi cuerpo, pues lo escuchaba como si fuera un motor.

Mientras intentaba relajarme un poco, pues estaban siendo demasiadas experiencias seguidas en tan poco espacio de tiempo, la voz femenina me dice ¡Hasta aquí hemos llegado, ahora es hora de que te vayas con los tuyos!


Un ruido de un pip, pip, pip, pip, acompasado me despertó, abrí los ojos, estaba en una habitación, como si fuera de un hospital, pero parecía un barco, si movía como si fuera tal. UN señor con una bata blanca me dice ¡Ya era hora, estábamos preocupados, lleva dos días en coma!....

Ya un poco más recuperado y con un plato de lentejas para comer, aparece un Sr. que me dice que es el capitán del buque hospital y que no sabe como he sobrevivido, el barco en que zozobré hacía cinco meses que se había hundido y toda la tripulación fallecida o desaparecida, que era el primero que se encontraba con vida, no se explicaba como había podido sobrevivir en las aguas frías donde el barco se hundió.....

No supe que responder, no me atrevía, era un cuento de hadas, somo contarle todo lo.....



Toni Oliver 

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